De todos es sabido que comer un pescado no es una tarea tan sencilla e inofensiva como parece. ¿A quién no se le ha quedado incrustada una espina en la garganta al comerlo?
Además de los trucos de siempre de tragar miga de pan o un trozo de patata hervida que puedan enganchar y arrastrar la espina clavada, os damos otra opción: un huevo duro. Y funciona, porque después de comer uno entero la espina deja de molestar.
En el caso de que ésta sea muy rebelde y no quiera desprenderse, se puede repetir con otro huevo, pero no más.
Otro consejo que os damos en caso de que se os clave la espina es agua fría. Aunque parezca mentira, dicen los más mayores que sumergiendo los pies en un barreño de agua bien fría ésta salta. Conviene hacer movimientos ligeros con los pies, por lo que el recipiente tiene que ser un poco ancho. La bañera, por ejemplo, es un buen lugar para poner en práctica este truco.
Por último, es recomendable tragar pequeños sorbos de vinagre para acabar con la espina. Pero como el sabor no es muy agradable, es mejor optar por comer el huevo duro.