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Remedios para frenar los catarros y los resfriados

Ahora que las bajas temperaturas se han metido de lleno y que también ha comenzado a llover con fuerza, es la época «ideal» para cogerte un incómodo catarro o resfriado, una de las enfermedades más comunes en esta época del año.

Por este motivo os queremos dar una serie de remedios caseros y naturales que ayuden a combatirlos o a mejorarlos, en el que caso de que los virus ya estén haciendo estragos en tu organismo.

Lo primero de todo, como es obvio, es abrigarte bien, protegiendo especialmente la zona de la garganta y el pecho y, por supuesto, descansar y dormir mucho para mejorar los dolores musculares que suelen acompañar a estas dolencias.

Además, tienes que reforzar tus defensas, algo que será fácil de lograr si tomas a diario un delicioso zumo de naranja natural, y no sólo para desayunar, sino como postre o a media tarde. Los puedes alternar con otros alimentos ricos en vitamina C, como la zanahoria o la manzana, exquisitos en forma de batido.

Pero si el catarro ya está ahí y tienes una molesta tos, te recomendamos que te apuntes al té de sáuco. Si es muy fuerte notarás mejoría con una infusión de hojas de tilo.

Si lo que tienes son grandes cantidades de mucosidad y flemas prepara una tisana de hojas de capuchina o de raíz de jenjibre, ambas con propiedades expectorantes. Te dejarán las fosas nasales despejadas.

Para los dolores musculares nada mejor que un baño con agua bien calentita y unas gotas de aceites esenciales o nuez moscada. Disfruta de este momento en la bañera durante 15 ó 20 minutos y verás qué diferencia.

Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de los clásicos vahos, que puedes hacer con hierbas como el eucalipto, la menta, el tomillo, la melisa… una amplia variedad para dejarte como nueva.

Así que no lo dudes más,  plántale cara a los catarros y disfruta de todos los encantos que nos ofrece esta época otoñal.

¡Que exploto!

Hay personas que tienen un carácter «explosivo». Es decir, cualquier contratiempo, por pequeño que sea, les saca de sus casillas y no hay quien controle su constante mal genio.

Aunque cuando están tranquilos suelen jurar y perjurar que se van a tomar las cosas de otra manera, es muy fácil que en cualquier momento vuelvan a estallar y se olviden de los buenos propósitos.

Para calmar los ánimos nada mejor que la tisana que a continuación os explicamos. Consiste en mezclar valeriana, melisa y verbena a partes iguales.

Lo recomendable es tomar una infusión a diario durante una semana y descansar durante cinco días. Verás la vida de otra manera.

¡Me das úlcera!

Las úlceras pueden ser gástricas o duodenales, pero en general las conocemos como úlceras de estómago, un término no del todo correcto, pero con el que se identifica rápidamente esta dolencia.

Pero hoy no vamos a dar una clase de gramática y lengua, sino que queremos daros algunos consejos para ayudar a la cicatrización de esas úlceras. El primer alimento que os sugerimos consumir es el plátano.

Aunque requiere un poco de paciencia, deja secar su pulpa al sol y luego podrás pulverizarla. Y es que el polvo de plátano tomado con regularidad ayuda a curarlas.

Si prefieres ahorrar tiempo, siempre puedes ir a una frutería especializada, comprarlo y utilizar el molinillo de café.

También el zumo de aloe vera, utilizado sobre todo como desintoxicante del organismo, también se usa para curar las úlceras. Toma una cucharada después de cada comida y te sentirás mucho mejor. Además contribuirás a su cicatrización.

Por último, para neutralizar los ácidos que erosionan el estómago y hacen que la úlcera sea cada vez más pronunciada, prepara una tisana mezclando a partes iguales gordolobo, malva, malvarisco e hipérico. Toma dos tazas al día y empezarás a notar resultados.

Mi niño no para

Hay niños que son un auténtico torbellino. Se pasan el día corriendo, jugando, revoloteando por la casa. Una auténtica pesadilla para los padres, que además de sus tareas diarias deben luego calmar a estos pequeños diablillos. Por eso os queremos ayudar con algunos útiles consejos

De todos es sabido que los niños no son muy amigos de las tisanas, pero seguro que no podrán resistirse a esta deliciosa infusión de tila, a la que añadiremos una pizca de canela y una cucharadita de miel.

Esta dulce bebida les tranquilizará casi de inmediato. MUY IMPORTANTE. Hay que medir bien las dosis. De seis a doce meses, dos cucharaditas al día. De uno a 6 años, una tacita diaria y a partir de los 6, dos tacitas.

Pero además de esta remedio, cuando los niños están especialmente alterados, recibirán con agrado un masaje tranquilizante. Este sistema es especialmente eficaz con los más pequeños.

Consiste en masajear la espalda y los pies del bebé con movimientos lentos y acompasados. El niño debe disfrutar del masaje. Si notas que no está por la cuestión o se vuelve todavía más irritable, déjalo para otro día.

Por último hablaremos del sueño de los niños nerviosos, que suele ser bastante malo, despertándose varias veces durante la noche y con pesadillas. Pon debajo de la almohada un saquito de lavanda. Lo relajará.

¡De rodillas! (y sin dolores)

Antaño, cuando se solían fregar los suelos a mano, muchas personas sufrían inflamación y dolor en las articulaciones de las rodillas, una enfermedad conocida como bursitis, que en aquellos tiempos se nombraba popularmente como «rodillas de fregona» o «rodillas de fregona».

Ya entonces combatían estas molestias con emplastos calientes, ya fueran de algas, de arcilla o de consuelda. Sentían alivio desde los primeros momentos en que se aplicaban estas cataplasmas, a las que recurrían tanto como era necesario, sobre todo cuando el dolor de estas articulaciones se hacía cada vez más insoportable.

Además de esto, las personas que castigaban mucho esta zona del cuerpo solían darse baños con hojas de abedul o de ortiga. Esta última planta incluso combate el dolor si se toma cocida, bien sea en sopa o en infusión.

También existe otra planta, la zarzaparrilla, muy eficaz para este problema, y debe tomarse en tisanas que se deben de beber de forma regular, tanto para prevenir el dolor como la inflamación de las articulaciones de las rodillas.