Para conservar una piel bonita, tersa, sin manchas, granos y otras impurezas, es fundamental realizar una exfoliación de vez en cuando (una al mes está bien). Hoy os vamos a dar una fórmula tan sencilla como económica, y que podéis realizar en casa en cualquier momento.
Sólo necesitáis una taza de sal marina, media de aceite de oliva, una cucharada de miel y, si te apetece, unas gotas de tu esencia favorita, que le pondrá un toque personal a esta mezcla.
Una vez que esté todo bien compacto, se echa en un tarro y ya puedes aplicarlo sobre la piel con pequeños masajes circulares que harán que penetre con mayor facilidad. Déjalo que actúe alrededor de un cuarto de hora (si es un poco más no pasa nada) y retirála.
Luego sólo tienes que ponerte una buena hidratante, que dejará tu piel perfecta, suave y lisa. Además, si eres regular con este truco casero, eliminarás las células muertas y cuando llegue la hora de exponerte al sol el bronceado te cogerá de una forma más rápida y con un color mucho más bonito. ¡Pruébalo!