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¿Cómo aliviar el dolor de las torceduras? Remedios caseros

Feliz y aromática jornada de domingo. Después del receso de ayer por una buena causa (fue mi santo y tuve celebración familiar), aromasdesalud vuelve con sus consejos diarios para ayudaros a mejorar de forma natural. Hoy vamos  a hablar de torceduras. ¿Quién no se ha torcido, por ejemplo, un tobillo a lo largo de su vida? Lo primero que hay que hacer es inmovilizar la zona y calmar el dolor. Para ello, cuentan nuestros mayores que echaban mano de la col, un truco que habían aprendido de los hombres de campo, propensos a este tipo de lesiones mientras trabajaban sus tierras.

Cuando sufrían una torcedura, cogían unas cuantas hojas de col, les quitaban las venas centrales y las aplicaban directamente sobre la zona dolorida, las inmovilizaban con una gasa y en poco tiempo hacían efecto.

Además de la col, utilizaban también hojas de papel de estraza bien humedecidas en vinagre diluido en agua, que ponían sobre la torcedura y retiraban a los dos minutos. Al secarse, dejaban la zona inmovil, de tal manera que tanto el dolor como la inflamación desaparecían.

Por último os diremos que la curación de torceduras también se acelera si cada vez que la persona toma un baño se echa en el agua fría una pizca de jenjibre, ya sea en infusión o en aceite esencial. Lo más importante, por favor, es que si el dolor no remite o aparecen otros síntomas vayáis al médico.

Pétalos de rosa contra la conjuntivitis

La conjuntivitis es una de las infecciones de ojos más molestas que se pueden sufrir.  Sus síntomas son claros: quemazón, lagrimeo, escozor y ojos pegados. Hoy desde aromas os queremos dar un método rápido e infalible para atajarla, que lleva como ingrediente principal los pétalos de rosa (en la antigua Roma se consumían como un manjar, un alimento exquisito)

Cuenta la historia que fue el médico árabe Avicena el que preparó por primera vez el agua de rosas tan recomendable para hacer lavados oculares. Para ello necesitas hacer una infusión con 20 gramos de pétalos en medio litro de agua; después lo filtras y se hacen dos lavados fríos al día.

Si no tienes a mano el llamado lavaojos (especialmente indicado para tratar este tipo de dolencias) pueden echar mano de una de las copitas que normalmente se utilizan para tomar finos. Se coloca, con el líquido dentro, sobre el ojo, se echa la cabeza varias veces hacia atrás y se parpadea repetidamente para que el agua de rosas impregne totalmente el ojo y actúe contra la infección. Si no se dispone de pétalos de rosa, los lavados pueden hacerse con infusión de lechuga, aciano o manzanilla.

Estos lavados, además, pueden sustituirse por compresas en los ojos. En este caso, la eufrasia es la más indicada. Se dejan en infusión una pizca de esta hierba y, templada, se deja actuar un cuarto de hora con una gasa o paño fino sin restos de detergente. Sigue nuestros consejos y di también adiós a la molesta conjuntivitis, que ahora que se acerca la primavera empieza a ser especialmente molesta.

¡Presume de pies! (sin callos)

Antiestéticos y molestos, los callos también han sido tratados con gran eficacia desde hace muchos años, y se han encontrado buenos remedios para ellos. Uno de los más socorridos es el de la hiedra con limón. Os cuento. Hay que macerar cuatro hojas de hiedra terrestre en el zumo de limón durante un par de horas y luego se pone sobre la callosidad, ya sea en la mano, en el pie, donde haga falta…Después se cubre la zona con un trocito de paño limpio o una gasa para que aguante mejor. Se pone cada noche y se deja actuar hasta el día siguiente. En pocos días notarás los resultados.

Otro remedio práctico y sencillo, que es lo que queremos ofreceros en aromasdesalud es coger un trozo de tomate y pasarlo por el callo por la parte de la pulpa. Probad y veréis como este verano vuestros pies lucirán como los de las estrellas.

Ojos congestionados ¡Nunca más!

Los ojos congestionados son una de las sensaciones más molestas que puede sufrir cualquier persona. Esa sensación de hinchazón, lagrimones…¡mejor no seguir! Por este motivo hoy vamos a contaros algunos trucos sencillos, como siempre, para mejorar la congestión ocular.

Una de las más frescas y agradables que puedes regalarle a tus ojos es el apósito de manzana. Consiste simplemente en rallar una manzana, ponerla entre dos gasas y colocar el apósito sobre los ojos durante un cuarto de hora. La manzana refresca los ojos y elimina la congestión.

Más rápido todavía es el método de la patata. Tan sólo tienes que cortar dos rodajas muy finas de patata cruda y colocarlas sobre los ojos. Mantente con ellas puestas durante unos 20 minutos.

En cualquier caso, os diremos que la aplicación del frío es muy eficaz para tratar los ojos cansados, y que siempre podéis aplicar una gasa con agua muy fría, casi helada,  para evitar esta molestia y tener siempre los ojos perfectos.

Los ojos congestionados son una de las mayores molestias para cualquier persona

Oídos siempre limpios… Aunque para lo que hay que escuchar a veces

Cuando sospeches que puedas tener un tapón de cera en los oídos que te cause molestias y sordera, lo mejor, siempre, es acudir al médico para que te lo pueda extraer, pero también hay muchos remedios caseros que se pueden poner en práctica.

En mi casa, según recuerdan mis padres, se echaba mano de las cebollas para acabar con los tapones de cera al oído. Pon un par de cebollas peladas a calentar, envuélvelas en una gasa y colocalas tibias sobre las orejas. De este modo conseguimos ablandar la cera y al rato saldrá sin ningún problema.

Pero hay más fórmulas para este mal, como un estimulante masaje que, además, es beneficioso para la circulación y que hay que hacer presionando por la parte de atrás de la oreja el conducto auditivo con la mano derecha, mientras que con la otra se coge el lóbulo y se estira repetidamente hacia arriba y hacia abajo.

Por último, os diremos que también podéis tener unos oídos limpios y sanos aprovechando los vapores que desprenden el eucalipto en agua hirviendo. Conviene colocar el oído afectado sobre el recipiente. De todos modos, hoy en día, para lo que hay que oír muchas veces…

Un doctor examina los oídos de una niña